Según se recoge en la normativa vigente, ORDEN EDU/11/2016, de 12 de enero, por la que se crean el Equipo de orientación educativa y multiprofesional para la equidad educativa de Castilla y León y los Equipos de atención al alumnado con trastornos de conducta de Castilla y León, corresponde a los Equipos de atención al alumnado con trastornos de conducta las siguientes funciones:
Desde el Equipo de conducta, nos planteamos dos objetivos de carácter general, relativos tanto a la prevención como a la intervención, en los que podemos señalar varios objetivos específicos:
Identificar los factores de riesgo que en la población atendida demuestren tener más peso en la aparición y mantenimiento de las conductas desadaptadas.
Mejorar las habilidades y competencias de los agentes primarios de cambio (padres y profesores) para que puedan controlar las conductas problemáticas, mantener los cambios alcanzados y generalizarlos sin necesidad de apoyos externos.
Modificar las variables –factores de riesgo- que favorezcan la aparición y el mantenimiento de los problemas de conducta, de forma que en el futuro disminuya la incidencia y prevalencia de los trastornos de conducta en la población infantil.
Generalizar los logros obtenidos en situaciones de tratamiento en todos los contextos y ambientes en los que se desarrolla la vida del niño.
Elevar los niveles de tolerancia ambiental ante los alumnos con alteraciones del comportamiento.
La intervención tiene como finalidad disminuir y/o suprimir los comportamientos inadecuados de los alumnos, procurando que los agentes primarios de cambio, padres y profesores, adquieran los conocimientos y estrategias necesarias para afrontar eficazmente su intervención, de modo que se favorezca la integración del alumno en el medio escolar, familiar y social. De esta manera, nos planteamos como objetivos de intervención:
Lograr la modificación del comportamiento inadecuado de los alumnos.
Cambiar, lo más precozmente posible, comportamientos desadaptados que puedan dar lugar a posteriores alteraciones más importantes.
Desarrollar y fortalecer patrones de conducta adaptada.
Eliminar –o atenuar, en su caso- los problemas de conducta que dificultan el aprendizaje y el desarrollo social de los alumnos.
Provisión de un contexto correcto para la emisión de conductas adecuadas.
Generalizar las conductas y desvanecer las estrategias utilizadas.